Un 3 de agosto como el de hoy se apoderaba de la primera posición en las listas la banda formada por antiguos miembros de Free (Paul Rodgers, Simon Kirke), Mott the Hoople (Mick Ralphs) y King Crimson (Boz Burrell). Y en todo este éxito algo tuvo que ver su representante Peter Grant, que había hecho lo propio con Led Zeppelin, pero vayamos por partes.
Hablamos del primer súpergrupo que fue capaz de mantenerse unido el tiemnpo suficiente como para dejarnos un buen puñado de discos entre 1973 y 1982. Un combo brillante que, al igual que los de Robert Plant, llegaron a ser considerados la banda británica más grande de América, se apropiaron del concepto de arena rock y fueron los artífices de ese concepto de classic rock que se crearía más tarde.
Cabe recordar, antes de nada, que tomaron su nombre de aquella película sobre la guerra civil americana de 1972 y si queremos buscar el origen de Bad Company tenemos que remontarnos a aquel momento en el que Mick Ralphs decidió poner fin a Mott The Hoople porque, según sus propias palabras, “no aguantaba todo el rollo del glam». A lo que añadiría: «Quería volcarme en canciones simples de rock, con orientación hacia el blues, que es lo que me gustaba”.
Poco antes, en 1971, Paul Rodgers no estaba del todo feliz con su banda Free, que habían llegado a lo más alto gracias a «All right now» y en ese momento se encontraba en punto muerto y los enfrentamientos entre Rodgers y Andy Fraser no ayudaban a que la cosa pudiera remontar. Así que era cuestión de tiempo que Ralphs le mostrase a Rodgers algunas de las canciones que estaba escribiendo. Es el caso de joyas como «Can’t get enough», «Movin’on» y «Ready for love».